martes, 16 de febrero de 2016

Vía Ferrata de Les Gorges de Salenys


Finalizada la vía ferrata de Cala Molí, me entro en un bar para desayunar, mientras tomo un café con un croissant,medito la posibilidad de realizar la vía ferrata de les Gorges de Salenys, que se encuentra, a algo menos media hora en coche, de donde me sitúo.

Cuando venía en coche hacia San Feliu de Guixols, me he fijado en el desvío hacia la población de Romanyà de la Selva, en cuyo término municipal se encuentra ubicada la ferrata, así que como me viene prácticamente de paso, y solo es una K1, me voy ha acercar. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc.



Así que desde San Feliu de Guixols, cojo la C65 hacia Llagostera, cerca de está población, me desvío y tomo la GIF6612, hacia Romanyà de la Selva, y entre los kilómetros cuatro y cinco, alcanzo un camino de tierra, en el que hay un cartel que indica la Font de Penedes, donde aparco la furgoneta.

Aunque se puede aparcar más adentro, yo decido dejarla junto a la carretera, ya que antes de venir, consulte en varias webs, y comentaban que se habían producido robos en la zona.

Rápidamente me pongo los bártulos, y comienzo a caminar, por ancho camino de tierra, siguiendo las marcas rojas y blancas del GR.92, por un bonito pinar, por el que comienzo a descender, hasta alcanzar una encrucijada de caminos, perfectamente señalizada, donde se inicia la circular.

El camino de la izquierda, es el que utilizaré más tarde para regresar, de momento cojo el sendero de la derecha, en el se indica la vía ferrata, y la Font de Penedes. Así que chino a chano, comienzo a descender por un bonito sendero, cerrado por la vegetación, que me ofrece una agradable sombra, mientras desciendo paralelo al cauce seco de un barranco, y por el que no tardo en alcanzar el área recreativa de la Font de Penedes, a cuya fuente accedo tras bajar unas escaleras, aunque apenas mana un hilillo de agua.




Intersección de caminos, izquierda (camino de regreso), derecha (vía ferrata)



Área recreativa de la Font de Penedes


Tras visitar la fuente, continúo durante doscientos metros, por amplio camino de tierra, hasta que alcanzo una bifurcación, perfectamente señalizada, donde abandono el camino, y cojo el sendero que nace a mi derecha.

Entre frondosa vegetación, comienzo a descender, por cómodo sendero, disfrutando del entorno, a medida que me acerco al fondo del barranco, la pendiente se acentúa, y el piso se vuelve más inestable, debido a que hay mucha piedrecita suelta, lo que me obliga a descender con precaución, ayudándome alguna vez de la vegetación, que rodea el sendero.

Una vez alcanzo el fondo del barranco, hago un fuerte giro a la izquierda, y continúo caminando por un estrecho sendero, paralelo al cauce seco de la Riera de Salenys, por el cual discurre gran parte de la vía ferrata de les Gorges de Salenys.

Siguiendo por la margen derecha, no tardo en alcanzar un pequeño puente, con peldaños de madera, y cable de vida, para poder atarme, aunque como no ofrece ninguna dificultad, y el cauce se encuentro seco, opto por pasar sin asegurarme

Alcanzada la margen izquierda, continúo la marcha por el fondo del barranco, donde la vegetación prácticamente lo cubre todo. A los pocos metros, alcanzo un tablón, que a modo de puente, me permite pasar nuevamente a la margen derecha.

Sin apenas respiro, alcanzo un tercer puente, por el que paso definitivamente a la margen izquierda, y continúo caminando por ella, durante unos minutos más.

Nada más dejar el área recreativa, tomo el sendero de la derecha



Sendero paralelo al cauce de la Riera de Salenys

Puente por el que salvo el cauce seco de la Riera

Tablón, que a modo de puente, me permite salvar el cauce seco

Cuando llevo unos veinticinco minutos, llego al inicio de la vía ferrata, que empieza, con un pequeño puente nepalí, por el que salvo el cauce de la Riera, y que me eleva un par de metros sobre ella.

Al no ser muy largo, apenas se mueve, por lo que paso sin mayores complicaciones, aunque para empezar no está nada mal, y esto promete!!!. Superado este primer escollo, alcanzo la base de una pared ligeramente tumbada, equipada con grapas, bastante cercanas, lo que me permite ganar metros, con bastante soltura.

Una vez arriba, llego al inicio de un largo flanqueo hacia la derecha, donde voy alternando tramos equipados con grapas, con otros con cadena, para las manos,que junto con los buenos apoyos naturales que hay para los pies, me permiten aproximarme hasta el Pou de Gorges, cuya poza principal, todavía conserva algo de agua, y que tiene toda la pinta, de que en una primavera u otoño lluvioso, tiene que ser un lugar espectacular.

Superada la poza, llego al final del flanqueo, en este punto la vía, ofrece dos variantes, la única diferencia entre ambas alternativas, es que en la menos fácil, hay que hacer un pequeño rapel de unos tres metros de altura.

Aunque ya conocía la existencia de este paso, no he traído cuerda, así que continúo por la parte alta, por un espectacular paso, entre dos largos bloques de piedra, de poco más de un metro de anchura, equipado en su primera parte con grapas para las manos, y pequeñas repisas naturales para los pies, que facilitan el avance.

A mitad del tramo, el cable de vida pasa de izquierdas a derechas, efectuó el cambio, haciendo un sencillo paso de fe, y continúo por la pared derecha, equipada con grapas, para pies y manos, por la que llego hasta el final congosto.

Inicio de la vía ferrata, primer puente nepalí
Pou de Gorges



Pasado el Pou de Gorges, llego a la primera variante de la vía ferrata


Para empezar la cosa no ha estado nada mal, una vez fuera, cruzo por un tablón a la margen izquierda de la Riera de Salenys, y continúo por el fondo del barranco, que me ofrece una buena sombra, a pesar de ser mediodía.

Caminando, llego hasta la base seca de una cascada, sin duda, con agua, el lugar tiene que merecer la pena, aunque puede dificultar algo el avance, en este caso, aprovecho que esta seca, para subir por la roca, por adherencia.

Una vez en la parte alta, llego hasta el primer puente tibetano de la jornada, de unas dimensiones considerables, sobre todo de longitud, aunque como tiene doble cuerda para los pies, y no se eleva mucho del suelo, hace que la sensación de vértigo disminuya, por lo que avanzo por el cómodamente.

A la salida del puente, enlazo con otro puente tibetano, este de menor envergadura, pero que cuenta tan solo con una sirga para los pies, lo que hace que se balancee bastante, aunque al ser corto, enseguida lo supero. 

Nada más salir del puente, enlazo con una pared vertical, donde me toca hacer un corto destrepe, equipado con grapas. Como suele ser habitual, siempre es más complicado bajar, que subir, así que poco a poco, voy descendiendo, asegurando cada paso, hasta que cuando me encuentro a un par de metros del suelo, alcanzo el inicio de un tramo horizontal, equipado con peldaños para los pies, y cadena para las manos, que al estar algo tensa, me dificulta el avance.

Al final del flanqueo, llego a la base de otra cascada, la pared es bastante tumbada, pero al contrario que la primera, está se encuentra equipada con pequeños peldaños, en los que apenas me cabe el pie. Aunque el paso no presenta dificultad, estas placas tumbadas, a mi me dejan las lumbares bastante doloridas, así que con cuidado, avanzo hasta alcanzar la parte alta de la cascada.




Primer puente tibetano de la jornada, el primero de muchos!!!

Nada más salir del primero, llega el segundo, más corto, pero algo más difícil

Después del segundo tibetano, corto destrepe


Para ser un "K1", está siendo una vía ferrata bastante entretenida, y más larga de lo que yo esperaba, una vez en la parte alta de la cascada, sorpresa!!!, entre la maraña, aparece un pequeño puente nepalí, de unos cuatro metros de largo, que tras pasarlo, me deja a los pies, de otro puente nepalí, este mucho más largo, y por el que cruzo de nuevo el cauce seco de la Riera Salenys, con alguna que otra dificultad, ya que a mitad del recorrido, el jodido se mueve bastante.

A la salida del segundo puente, aprovecho que la vía da una tregua, para hacer una breve parada, para echar un trago de agua, y comer unas galletas, que la mañana avanza, y llevo unas cuantas horas en marcha.

Con energías renovadas, prosigo por la vía, por unos instantes dejo el equilibrismo, para caminar por un estrecho, pero cómodo sendero, abierto entre la espesa vegetación, por el que no tardo en llegar a un nuevo puente nepalí, construido entre una densa vegetación, y que debido a esto, y a su gran envergadura, no logro a ver el final!!

Sin apenas detenerme, me pongo rápidamente manos a la obra, me engancho al cable de vida, y comienzo a ganarle metros al puente. A medida que avanzo, voy viendo el resto, y puedo comprobar, que más o menos a la mitad, el puente se secciona en dos, aprovechando el tronco de un árbol.

Una vez lo alcanzo, me engancho a la segunda sección, y continúo el avance, poco a poco, voy llegando al final, pero los brazos después de dos vías ferratas, comienzo a notarlos cansados.

Pequeño puente nepalí, tras la cascada
Segundo puente nepalí, sin respiro!!!


Puente nepalí doble (Primera sección)

Puente nepalí doble (Segunda sección)

A la salida del puente, el barranco se abre ligeramente, desaparece la vegetación, y puedo ver a lo lejos, en la altura el Pont del Salt del Llop, que indica el final de la vía ferrata, pues anda, que no me queda!!!

Tras disfrutar de las vistas, sigo con el recorrido, camino unos metros por las trazas de un sendero, trazado sobre una placa tumbada, por la que no tardo en alcanzar el inicio de otro puente tibetano, este bastante sencillo, ya que tiene placas de madera para los pies, lo que hace que el avance sea coser y cantar.

Sin perder altura, realizo un pequeño flanqueo, equipado solo con cable de vida, con el que logro posicionarme, en el siguiente puente tibetano, algo más largo que el anterior, pero con doble cable para los pies, lo que hace que cruzar la Riera, sea algo más complicado, aunque con los que llevo ya, me he acostumbrado, y cada vez me resulta más sencillo superarlos.

Una vez en el final, comienzo a ganar desnivel, por una pared tumbada, equipada con grapas, por la que llego, a una segunda variante de la vía, donde se puede optar por la variante difícil (rapel de 15 m), o por la normal.

Como no llevo cuerda, me conformo con seguir por la vía normal, así que continúo por un cómodo flanqueo, equipado con cable de vida, por el que logro alcanzar el siguiente puente tibetano, de similares características al anterior, pero algo más corto, por el que cruzo de nuevo la Riera, mientras contemplo el Salt de Llop, que baja seco.



Puente tibetano, con tablas para los pies, que minimizan la dificultad


Cuarto puente tibetano, bastante largo, pero ya me estoy acostumbrando




Quinto puente tibetano, más corto que el anterior, pero de similares características

A la salida del puente, alcanzo una repisa, desde la que comienzo a ganar altura, por un corto tramo vertical, equipado con grapas. Nada más superarlo, inicio un nuevo flanqueo, está vez hacia la izquierda, equipado con grapas, por el que paso por debajo del siguiente tibetano, al cual accedo con alguna que otra dificultad.

Después de una entrada algo "intrincada", me posiciono en el interior del puente, las cuerdas, al igual que en el resto de puentes, se encuentran a buena altura para los adultos, aunque siendo que está calificada para niños, me da a mí,que se les va a quedar algo justa de altura, y les va a costar llegar con comodidad a ellas.

Chino a chano, paso al otro lado de la Riera, salgo del puente, y alcanzo una larga, e inclinada placa, equipada con grapas, por la que progreso hasta llegar a la altura del último puente tibetano de la jornada.

A pesar de ser el más corto de todos, resulta ser uno de los más entretenidos, ya que tan solo cuenta con un cable para los pies, y su ubicación es muy buena, ya que pasa por encima del Salt del Llop, y desde el, obtengo una amplia panorámica de toda la zona, en la que se ubica la vía ferrata.




Puente tibetano




Ultimo puente tibetano¡¡¡,el más corto, pero de los más bonitos



Una vez en la margen izquierda, aprovecho que me encuentro a la sombra, para hacer una última parada, y echar un trago, ya que llevo más de una hora desde el inicio, y la jornada, se está alargando más de lo que esperaba.

Tras la pausa, prosigo por la vía, afronto un corto tramo horizontal, equipado con grapas, tanto para pies, como para manos, con la roca algo degradada, lo que ralentiza mi avance, y por el que alcanzo la base de una larga escalera metálica, por la que asciendo tranquilamente, disfrutando de las vistas.

Después de hora y cuarto, llego hasta el Pont del Salt del Llop, que antes de pasarlo, impresiona bastante, dada su longitud, y la gran sensación de vació, pero a medida que voy avanzando por el, resulta mucho más sencillo de lo que parece, o es que ya después de tropecientos mil puentes que llevo hoy, me he inmunizado.

Chino a chano, paso el puente, y finalizo el tramo equipado, ahora me toca regresar hasta la furgoneta, así que desde el mismo puente, cojo un sendero, por el que me adentro en el pinar, y unos metros más adelante, enlazo con un amplio camino de tierra, por el que discurre el GR.92.

Después de pasar junto a una masía, llego a la bifurcación de caminos, en la que hace una hora, e iniciado la circular, ahora, giro a la derecha, e inicio una suave subida, por amplio camino de tierra, por el que llego a la furgoneta, que se encuentra en perfecto estado, dando por finalizada la vía ferrata, de la que poco esperaba, al estar calificada como K1, (después de realizarla para mí es un K2) pero que me ha gustado, y sorprendido gratamente.



Larga escalera metálica por la que subo al Pont del Salt del Llop

Verticalidad desde la escalera



Llegando a la bifurcación, donde se inicia la circular


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