jueves, 8 de enero de 2015

Olite


Ultimo día de vacaciones en tierras Guipuzcoanas, hoy amanece con el cielo bastante cubierto, y no tenemos claro que a medida que avance la mañana se vaya despejando.

Como el coche tampoco está para tirar cohetes, decidimos regresar a Cuarte, y a mitad camino ver la población de Olite, en la que estuve hace más de veinte años, y que mi mujer no ha estado.

Aprovechamos para ir por la Autovía, antes de llegar a Pamplona, la abandonamos y cogemos N-121 que la cosa, no esta para tirar el dinero en autopista, después nos desviamos hacia Olite y aparcamos junto a la Plaza San Antón.

Desde este punto iniciamos el recorrido por esta bella población medieval, a unos metros de la Plaza, nos acercamos hasta el Monasterio de Santa Clara, que fue un antiguo convento de hospitalarios, actualmente no es visitable, así que nos conformamos con verlo por fuera, en la que destaca su Iglesia construida en el S.XIII, y en cuyo interior se encuentra un retablo rococó en honor a Santa Engracia.

De nuevo en la Plaza San Antón, nos encaminamos hacia el casco histórico, antes pasamos junto a un rollo, elemento característico en las villas medievales, que representa la categoría administrativa del lugar.

A unos metros de este, está el edificio de las Bodegas y Viñedos Cosecheros, con más de un siglo de antigüedad, que se encuentra abierto, y si podemos entraremos antes de marchar hacia Cuarte.



Desde la Rua de la Solana, accedemos por un arco de medio punto, que formaba parte de la muralla defensiva de la ciudad, a la Rua Mayor, con sus características calles estrechas, y suelos empedrados.

Como es viernes, podemos pasear con tranquilidad, aprovechamos para echar un vistazo en las tiendas, y de paso, mirar algún restaurante, ya que se acerca la hora de comer. Al final de la calle, desembocamos en la Plaza Carlos III, en cuyos subsuelos se sitúan las galerías medievales, y en la que se ubica el Palacio Real, el cual visitaremos después de comer.

Enfrente nuestro se encuentra la Torre del Chapitel, que se construyo como puesto de control de productos, y que también es conocida como la Torre del Reloj, porque en el S.XIV, albergo el primer reloj de la península ibérica.



Plaza Carlos III, vista desde el Castillo

La torre formo parte de las murallas, y más tarde se construyo un pasadizo con arcos apuntados, pasamos por el, y accedemos a la Plaza Teobaldos, donde se encuentra la oficina de turismo.

Entramos en ella, y cogemos un plano de la ciudad, en la misma plaza se encuentra el Palacio Viejo, que hoy es utilizado como Parador Nacional que formaba parte de la fortificación romana, de la que actualmente tan solo queda en pie los muros exteriores, y las torres de las esquinas.

Prácticamente adosado a él, está la Iglesia de Santa María, de origen gótico, y construida en el S.XIII. El precio de la entrada es de 1 €, y tiene unos horarios bastante limitados, sobre todo entre semana, así que nos tenemos que contentar con verla por fuera.

La iglesia, cuenta con ser una de las construcciones góticas más importantes de navarra, y sin duda destacamos su enorme portada del S.XIII, decorada con ocho arquivoltas con motivos florales.


Como ya es la hora de comer, nos acercamos de nuevo hasta la Rua Mayor, donde se encuentra el restaurante La Muralla, que dispone de menú del día, y menú infantil.

Aprovechamos para hacer un largo reposo, ya que nos queda lo mejor por ver, aun así, Adrián se encuentra bastante lleno, y prefiere descansar, así que mi mujer se queda con el, en la Plaza Carlos III, y yo me acerco a visitar el Palacio Real.

El Palacio Real se asienta sobre un oppidum romano construido en el año 621, ya entre los años 1402 al 1424, se amplia formando el actual palacio. En el año 1813 las tropas francesas lo quemaron, quedando el edificio en un estado bastante ruinoso, hasta que en el año 1937 se decide restaurarlo.

El actual palacio, se encuentra dividido en tres partes: por un lado el antiguo Palacio, donde hoy en día se sitúa el Parador Nacional, las ruinas de la Capilla de San Jorge, y el Palacio Nuevo, que es la zona que se puede visitar.

Como dato importante, es que se puede visitar durante todo el año, aunque el horario varía según la temporada, el precio de la entrada individual es de 3.50 € si se hace de forma libre, y por 1 € más se puede coger una audioguia, también se realizan visitas guiadas por 4.90 €.

Como para la visita guiada queda casi una hora, decido realizarla de forma libre, accedo al Palacio Real por el jardín viejo, donde se encuentra las taquillas, y donde se celebran conciertos.

Al final del patio, a mano derecha, accedo a la planta baja del palacio, donde se encuentra la sala de escavaciones, en la que en un primer momento se pensó utilizar como sala de exposiciones, pero que tras empezar las obras, se descubrió el antiguo suelo de losetas de barro, varios elementos arquitectónicos y parte del muro.

Una vez visitada, accedo a la siguiente galería, en la que se ubica una Sala Abovedada, donde hay una pequeña exposición, la verdad que como no ofrece ningún aspecto destacable, paso directamente a la última sala de la planta, la Sala de los Arcos, en la que destaca el techo compuesto de grandes arcos fajones, que sustentaban el claustro superior de la Galería de la Reina. 

Antiguamente está era su única función, ya que cuando llovía se filtraba el agua de la galería, pero actualmente tras impermeabilizarla, se realizan pequeñas representaciones de teatro. 




Finalizada la visita a la planta baja, ahora me toca recorrer el resto del Palacio, la mejor opción es subir a la cuarta planta, donde se sitúa la Torre del Homenaje, y desde ella, comenzar a descender planta a planta.

Así que desde la sala de los Arcos, comienzo a subir por una estrecha escalera de caracol, compuesta por 132 escalones. Como se utiliza tanto de subida como de bajada, en determinados puntos se colapsa, así que me toca esperar a que baje la gente.

Una vez en la Torre del Homenaje, sus casi cuarenta metros de altura, la hacen ser el mejor mirador de toda la villa, y me permite disfrutar de una amplia panorámica, en la que destaca la villa de Olite, y al fondo el desierto de las bardenas.

Como me encuentro solo en ella, aprovecho para disfrutar de las vistas un buen rato, después desciendo hasta la tercera planta, por la que accedo a una amplia terraza, que es hasta donde llegaba antiguamente la torre del Homenaje.

Como las vistas son similares a la del la Torre del Homenaje, no permanezco mucho rato, así que desciendo hasta la segunda planta, donde se encuentran las salas de guardarropa y de las Damas de la Reina, donde hay una pequeña exposición con fotografías e imágenes antiguas, y una maqueta en la que se puede ver, en que condiciones se encontraba el palacio antes de su reconstrucción.









Tras echar un vistazo, de nuevo me dirijo a las escaleras, para descender a la primera planta, donde se encuentran las zonas nobles del Palacio Real.

La primera estancia, es la cámara de la Reina o de los Ángeles, amplia, con una magnificas vistas al jardín, y una gran chimenea. Sin duda tuvo que ser una sala espectacular, pero todo el mobiliario y su decoración se perdió en 1813 por un incendio en la guerra de la independencia.

Contigua a está sala, se encuentra la cámara del Rey o de los Lazos, conocido porque su techo de madera, estaba tallado con lazos, símbolo del reinado de Carlos III. Como sucede en la anterior cámara, está se encuentra totalmente vacía, y destaca una amplia chimenea y sobre todo los ventanales góticos.

Desde la cámara del Rey, accedo a la Galería del Rey, compuesta por una sucesión de arcos de origen gótico civil, y desde el que puedo disfrutar de las vistas de los Patios de la Morera y de la Pajarera.

Ya en el exterior, doy un paseo por el pequeño claustro, conocido como la Galería de la Reina, que antiguamente era un jardín colgante, y que se sustenta en la sala de los Arcos.



Rodeando el claustro, llego hasta la Torre del Portal de Fenero, que es el único que se conserva de la época medieval. Su nombre se debe a que por el, entraba el heno a la ciudad de Olite.

Por ella, accedo a una amplia terraza donde se sitúa la Torre de la Atalaya o de la Joyosa Guarda, donde se conserva la ventana original, en la que se representa el lazo eterno. La torre también era conocida como "del vigía", así que aprovecho para subir hasta lo alto, para disfrutar de las vistas que hay desde ella.

De nuevo en la terraza, me acerco hasta la Torre de los Cuatro Vientos o Tres Finestras, por sus tres ventanales góticos, apreciables desde el exterior. La torre se utilizaba por los nobles para ver corridas de toros, justas y torneos que se celebraban en la terraza.

Desde la torre, retrocedo sobre mis pasos hasta alcanzar la Galería del Rey, desde aquí me acerco hasta la Torre de las Tres Coronas, que se encuentra a escasos metros, y por la que se desciende a la planta baja.

Antes de bajar, la rodeo y contemplo la amplia panorámica que hay del Palacio Real, y en el exterior de la villa de Olite.




Como ya llevo más de una hora de visita, regreso a la Torre de las Tres Coronas, asciendo un momento hasta lo alto, y casi sin detenerme desciendo hasta la planta baja, donde se encuentra el Patio de la Pajarera, donde el Rey guardaba algunos pájaros exótcos, y en el que todavía se conservan los nidos hechos en la pared de yeso.

La visita se está acabando, y accedo al patio de la Morera, donde hay una morera  declarada Monumento Natural, con más de trescientos años de antiguedad, y de la que se dice, que pudo plantarla el mismo rey, hace más de seiscientos años.

Desde este patio, accedo al jardín viejo, y desde el salgo a la Plaza Carlos III, donde me esperan el peque y mi mujer. Antes de volver al coche, rodeamos el Palacio Real, nos acercamos a ver el Pozo de Hielo, que tiene forma de de huevo, y una profundidad de ocho metros,.

Ya de vuelta al coche, nos detenemos en la Iglesia de San Pedro, declarada como Monumento Histórico Artístico, se construyo entre los S.XII-XIII, en el que se mezclan diferentes estilos, como el románico, gótico y barroco.

Por desgracia, la iglesia se encuentra cerrada, así que nuestro gozo en un pozo, descansamos un rato en la plaza, mientras el peque juego un rato en la fuente, después nos marchamos al coche, y vuelta a Cuarte.






2 comentarios:

  1. Preciosa población esta de Olite, normalmente cuando viajamos por el país a hacer montaña también nos gusta dedicar algo tiempo para visitar ciudades y hacer turismo, sin ir más lejos y por poner solo dos ejemploscuando fuimos a Urbión visitamos Soria, o cuando estuvimos en el Yelmo, el Castillo de Manzanares el Real, apuntada queda pues Olite para cuando vayamos a alguna montaña navarra.
    Te han quedado muy bien las fotos, por simple curiosidad, no soy un fanático de la fotografía jeje ¿las hiciste con la misma cámara que utilizas para las rutas?.

    Un saludo.

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    1. Hola Dani, pues en Olite, con está era la tercera vez, pero la última fue hace más de veinte años, cuando iba de campamentos con el colegio a Alsasua. Tenía muy buenos recuerdos de esta población, y mira, como nos gusta aprovechar las vacaciones, pues decidimos ir a visitarla.
      En cuanto a la cámara, es la misma que la que utilizo para la montaña, que tengo un presupuesto ajustado y por más que lo estiro no da para más :).

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