domingo, 30 de junio de 2013

Poker de dos miles en el Parque Natural del Moncayo

Teníamos previsto ir a Boltaña a pasar el fin de semana, a mitad semana, mi mujer no se encuentra bien, y por si acaso decidimos posponer el viaje.

El sábado se encuentra bien, y tengo ganas de hacer alguna actividad, hago algunas llamadas, pero todo el mundo tiene planes, así que como voy a ir solo, decido hacer una ruta un poco exigente, ya que la mayoría de las salidas de este año, han sido cortas y de escasa dificultad.

En un principio valoro la posibilidad de subir al Tozal de Guara desde Nocito, pero enseguida me acuerdo de que tengo pendiente hacer una circular por el Moncayo, ascendiendo a sus principales cimas. Para descargar el track, haz clic en el símbolo de Wikiloc.



Como esta semana, me toca trabajar de mañana, no madrugo mucho y sobre las nueve y media me planto en el aparcamiento del Haya Seca, desde donde inicio la ruta y comienzo a subir por la pista de tierra, hasta que alcanzo la Fuente del Chorro, donde me refresco, y continuo por la pista hasta el Santuario del Moncayo.



Siguiendo el camino, y tras dejar la fuente de San Gaudioso, llego a una bifurcación, hacia la derecha se sigue, por la subida típica al Moncayo por el circo de San Miguel, pero yo continúo recto por un estrecho sendero balizado con marcas blancas y rojas, hacia el collado de Bellido.

El sendero tiende a subir ligeramente, y en ocasiones llanea, después de salir a una zona despoblada, paso por un par de torrentes de agua, el segundo de ellos, es el barranco del Morca, que lleva bastante caudal para la época del año en la que nos encontramos.

De nuevo en el interior del bosque, llego hasta un tercer barranco, que sin duda es el que más agua lleva, y es el último punto de la ruta, en el que se puede coger agua, aunque yo llevo de sobras.







Cuando me encuentro a la altura de circo de Morca, giro a la derecha y enlazo con otro sendero, unos metros más adelante, la vegetación desaparece, y el sendero prosigue por una zona de pedriza.

En uno de los pocos árboles que encuentro por el camino, aprovecho su sombra para echar un trago y comer algo, después de una breve pausa, continúo por el sendero, y tras girar a la derecha, llego al collado de Bellido, donde me desvío unos metros para acercarme a una loma, desde la que se obtienen unas bonitas vistas.






Después de realizar varias fotografías, regreso sobre mis pasos hasta el collado de Bellido, a la altura de un poste del Gr, comienzo a subir por el prado de la herrería, por un sendero poco pisado y en ocasiones inexistente, dirección al Pico Lobera.

En esta zona, el calor comienza a notarse, y no corre una pizca de aire, aprovecho una zona de árboles, para realizar una parada, ya que a partir de este punto, y casi hasta los últimos kilómetros, no tendré más zonas de sombra.

Después prosigo la marcha siguiendo algunos hitos que hay repartidos a lo largo del camino, tras superar una loma, llego a un pequeño refugio de piedra, que se encuentra en buen estado, y desde el que puedo ver los picos de Lobera y Morca.

A partir de aquí el terreno empeora, y tengo que superar un tramo de pedriza, a lo largo del tramo hay diferentes hitos, pero yo voy lo más recto posible, ya que todo el tramo es igual, y no hay grandes diferencias entre ir por un sitio u otro.

Finalizado el tramo, el piso mejora, y en un momento me planto en la cima del Pico Lobera, logrando el primer objetivo del día. 





Desde la cima del Lobera, puedo ver mi próximo objetivo, el Morca, para ello continúo siguiendo las marcas amarillas y blancas del pr, por una extensa pradera llena de flores de múltiples y bonitos colores.

Tras un corto descenso, comienzo a subir una dura rampa, cuando llego a la altura de un poste del pr, giro a la derecha y ataco la cima del Morca, por una pedriza, y en poco más de dos minutos llego a la cima del Morca.






Desde la cima, puedo ver mis próximos objetivos, el cerro de San Juan y el Moncayo, después de disfrutar de las amplias vistas, sobre todo de la zona de castilla, continúo caminando por el cordal, hasta llegar al montículo de piedras, que marcan la cima del Cerro de San Juan.

Tras una breve parada, continuo unos metros y asciendo la rampa final, que me deja junto a la imagen de la Virgen del Pilar, parada obligatoria en la subida al Moncayo y unos metros más adelante al vértice geodésico del Moncayo.

Las vistas desde la cima son amplias, y se ven las cercanas sierras del tablao y madero, y otras más lejanas como la sierra Cebollera y los picos de Urbión, cuyas cimas principales todavía conservan algo de nieve.





En un principio, he recorrido el tramo más exigente de la ruta, y a priori prácticamente todo es bajada, aprovecho para descansar y comer, ya que sopla una ligera brisa, y se esta muy agustito.

Para el descenso, todo el mundo baja por la ruta normal, yo lo hago por hacia el collado de Castilla, para ello, camino hasta la punta del Moncayo, en busca de algún hito que me facilite el descenso, como cada una baja por donde mejor le parece, encuentro varias zonas marcadas, yo elijo una y desciendo por la pedriza con precaución, transcurridos unos metros encuentro un sendero bastante pisado, y desciendo hasta llegar a la muga que marca el collado de Castilla y el límite de provincias.



Enfrente tengo mi último reto del día en unos mapas indican que es el pico Negrilla y en otros Peña Negrilla, viendo las alturas y que está primera es más alta, entiendo que es Peña Negrilla, la ascensión no es nada clara, y no veo ningún sendero que suba directamente.

Hecho un vistazo al gps, y veo que hay un sendero que ladea la montaña, decido cogerlo, y voy rodeando la montaña, ganando altura poco a poco, cuando la distancia hasta la cumbre es corta, abandono el sendero, y comienzo el ataque directo a la cumbre, por una pedriza, que me deja las piernas bastante tocadas.

Con un sol de justicia, llego al quinto objetivo del día, Peña Negrilla, donde me hago la foto pertinente, y pienso en mi próximo movimiento.



Siguiendo el cordal, veo una cima secundaria, antes de subir a Peña Negrilla, quería acercarme hasta ella, pero la falta de salidas, y está última ascensión, me han dejado tocado, así que lo mejor es descender.

Como no hay sendero, desciendo lo más recto posible, buscando las zonas de piedra de mayor tamaño para mejorar los apoyos, y no acabar en el suelo, al final del descenso, llego a una amplia pradera, cerca del collado de Castilla.

Desde la cima, he visto cerca del bosque un sendero, así que campo a través, voy a por el, y cuando me encuentro a escasos metros del bosque, llego hasta ella.

Parece que lo peor a pasado, y el resto será coser y cantar, desciendo por el sendero, que me lleva paralelo al bosque, y cuando llego a un gran hito, me adentro en el bosque, donde se agradece la sombra.




Caminados unos cientos de metros, salgo a un corral, que se encuentra en ruinas, avanzo unos metros más por el bosque, y de golpe y porrazo, el sendero se aleja del bosque, y entro en una zona de pedriza, donde me pega el sol de lleno.

El sendero, bien se podría llamarse, el sendero de las avispas  porque las hay ha cientos, de vez en cuando algún árbol sale a mi camino, pero me es imposible descansar, ya que las avispas o los mosquitos, se me comerían.

A lo lejos, veo una zona de bosque, echo un vistazo al gps, y falta poco para llegar al aparcamiento del Haya Seca, una vez dentro del bosque, para unos instantes para descansar, reanudo la marcha y comienzo un vertiginoso descenso, y tras varios zigzadas, llego al aparcamiento del Haya Seca.

Sin detenerme dejo las cosas en el coche, y me bajo hasta la Fuente de los Frailes, donde me pongo a remojo, sin duda ha sido una buena ruta, y veo que a pesar de no haber echo nada exigente este año, las piernas han respondido bastante bien, al final casi dieciocho kilómetros y algo más de mil cien metros de desnivel acumulado, y la satisfacción de haber echo un buena ruta.







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